El diezmo es un tema que ha generado controversia dentro del ámbito cristiano. Muchos se preguntan qué es el diezmo, para qué es, quién debe darlo y si sigue siendo relevante en la actualidad según la enseñanza bíblica. En este artículo, vamos a explorar el significado del diezmo según la Biblia y su importancia en la vida cristiana.
¿Qué dice la Biblia sobre el diezmo?
La palabra "diezmo" proviene del término en hebreo "ma'aser" y en griego "apodekatoo", que literalmente significa "la décima parte". En la Biblia, el diezmo se menciona en varias ocasiones y se establece como una práctica de devolver a Dios una porción de los bienes materiales y los frutos del trabajo. Es importante destacar que el diezmo no es un mandamiento moral, como los diez mandamientos, sino una práctica de adoración y obediencia a Dios.
El diezmo en el Antiguo Testamento
En el Antiguo Testamento, la ley de Dios establecía que el pueblo de Israel debía entregar el diezmo de sus ganancias a los levitas, quienes eran los encargados del servicio del templo y de la enseñanza de la Ley. A su vez, los levitas entregaban el diezmo de lo recibido al sacerdocio. En el libro de Levítico 27:30, Dios ordena: "Y todas las décimas de la tierra, así de la simiente de la tierra como del fruto de los árboles, son de Jehová; son santas a Jehová".
El diezmo también se utilizaba para el sostenimiento de los pobres, los extranjeros, las viudas y los huérfanos. En Deuteronomio 14:22-29, Dios instruye: "Ciertamente diezmarás todo el producto del grano que rindiere tu campo cada año. Y comerás delante de Jehová tu Dios en el lugar que él escogiere para poner allí su nombre, el diezmo de tu grano, de tu vino y de tu aceite, y las primicias de tus manadas y de tus ganados, para que aprendas a temer a Jehová tu Dios todos los días. Si el camino fuere tan largo que no puedas llevarlo, por estar lejos de ti el lugar que Jehová tu Dios hubiere escogido para poner en él su nombre, cuando Jehová tu Dios te bendijere, darás el dinero por todo lo que deseares, vacas, ovejas, vino, sidra, o cualquier cosa que deseares, y comerás allí delante de Jehová tu Dios, y te alegrarás tú y tu familia. Y al levita que habita en tus poblaciones, no lo desampararás; porque no tiene parte ni heredad contigo. Al cabo de cada tres años sacarás todo el diezmo de tus productos de aquel año, y lo guardarás en tus ciudades. Y vendrá el levita, que no tiene parte ni heredad contigo, el extranjero, el huérfano y la viuda que hubiere en tus poblaciones, y comerán y se saciarán; para que Jehová tu Dios te bendiga en toda obra que tus manos hicieren".
Diezmo en el Nuevo Testamento: ¿sigue siendo relevante?
En el Nuevo Testamento, Jesús menciona el diezmo en Mateo 23:23: "¡Ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas! porque diezmáis la menta y el eneldo y el comino, y dejasteis lo más importante de la ley: la justicia, la misericordia y la fe. Esto era necesario hacer, sin dejar de hacer aquello". Jesús reprende a los escribas y fariseos por enfocarse demasiado en el cumplimiento externo de la ley, como el diezmo, sin prestar atención al corazón y a la justicia.
En el libro de Hebreos, el autor habla del sacerdocio de Melquisedec y establece que Abraham, el padre de la fe, entregó el diezmo a Melquisedec mucho antes de que se instituyera la ley mosaica. Esto significa que el diezmo no está ligado únicamente a la ley del Antiguo Testamento, sino que es una práctica que precede a la ley y tiene un sentido espiritual.
En las epístolas del apóstol Pablo, se habla de la importancia de dar de manera generosa y según las posibilidades de cada persona. En 2 Corintios 9:6-7, Pablo dice: "Pero esto digo: El que siembra escasamente, también segará escasamente; y el que siembra generosamente, generosamente también segará. Cada uno dé como propuso en su corazón: no con tristeza, ni por necesidad, porque Dios ama al dador alegre".
¿Cuál es la importancia del diezmo en la vida cristiana?
El diezmo es un acto de obediencia y fe hacia Dios. Al dar el diezmo, reconocemos que todo lo que tenemos pertenece a Dios y que nosotros somos solo administradores de sus bendiciones. El diezmo nos ayuda a mantener nuestra dependencia en Dios y a recordar que Él es nuestro proveedor. Además, el diezmo nos brinda la oportunidad de contribuir al sostenimiento de la obra de Dios en la tierra, a la proclamación del evangelio y al cuidado de los necesitados.
El diezmo también es una forma de adoración. Al entregar una parte de nuestros ingresos, estamos ofreciendo a Dios lo mejor de lo que tenemos. Es un acto de rendición y gratitud hacia Él. Además, el diezmo nos ayuda a ser mayordomos responsables y a vivir en una actitud de generosidad hacia los demás.
Diezmar con alegría y generosidad: claves para entender el diezmo desde la enseñanza bíblica
La enseñanza bíblica nos muestra que el diezmo debe ser dado con alegría y generosidad. No se trata de una obligación legalista, sino de un acto voluntario y devocional. En la enseñanza de Jesús, vemos que Él enfatiza la importancia de la justicia, la misericordia y la fe sobre las prácticas externas como el diezmo. No debemos dar por obligación o por presión, sino con un corazón alegre y dispuesto.
En cuanto a la cantidad a dar, el Nuevo Testamento no establece un porcentaje específico. Algunos creyentes eligen dar el diezmo como una referencia bíblica, mientras que otros dan según sus posibilidades y en respuesta a las bendiciones que han recibido. Lo importante es dar de manera generosa, sacrificada y con gratitud hacia Dios.
Es fundamental recordar que el verdadero significado del diezmo no está en la cantidad que damos, sino en la actitud de nuestro corazón al dar. Dios no necesita nuestro dinero, pero quiere nuestro corazón y nuestra obediencia. Al dar el diezmo y ofrendar, nos estamos desprendiendo de nuestra confianza en las posesiones materiales y estamos poniendo nuestra confianza en Dios como nuestro proveedor.
Lee TambiénQué dice la Biblia sobre el Día de los MuertosEl diezmo es una práctica bíblica que tiene su origen en el Antiguo Testamento, pero que también tiene relevancia en el Nuevo Testamento. Dar el diezmo es una manera de reconocer a Dios como nuestro proveedor y de contribuir al sostenimiento de la obra de Dios en la tierra. Sin embargo, es importante entender que el diezmo no es un mandamiento moral, sino una práctica de adoración y obediencia voluntaria. En lugar de enfocarnos en el porcentaje o la cantidad que damos, debemos centrarnos en dar con un corazón alegre, generoso y en respuesta a las bendiciones que hemos recibido. Al hacerlo, experimentaremos la satisfacción y la alegría de ser mayordomos responsables y partícipes de la obra de Dios en el mundo.
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