Qué eventos marcaron el período Intertestamentario

El período intertestamentario, también conocido como período interbiblico o período de los 400 años de silencio, hace referencia al tiempo transcurrido entre el final del Antiguo Testamento y el comienzo del Nuevo Testamento. Aunque estos años no están documentados en la Biblia, es una época de gran importancia histórica y cultural para comprender el contexto en el que se desarrollaron los eventos posteriores. Durante este período, Israel estuvo bajo el dominio persa, sufrió la imposición de la cultura griega y finalmente se convirtió en una provincia del Imperio Romano. Además, las profecías del Antiguo Testamento sobre la llegada del Mesías cumplidas con la aparición de Jesucristo. En este artículo, exploraremos los eventos que marcaron el período intertestamentario y su significado en la historia de Israel y del cristianismo.

Dominio persa en Israel

Durante gran parte del período intertestamentario, Israel estuvo bajo el dominio del Imperio Persa. Este dominio comenzó después de la conquista de Babilonia por parte de Ciro el Grande en el año 539 a.C. El edicto de Ciro permitió a los judíos regresar a su tierra y reconstruir el Templo de Jerusalén, lo cual fue un acontecimiento de gran importancia para el pueblo judío. Sin embargo, a pesar de esta aparente libertad, Israel seguía siendo una provincia del Imperio Persa y estaba sujeta a sus leyes y regulaciones.

El dominio persa sobre Israel duró aproximadamente doscientos años, durante los cuales se llevaron a cabo importantes eventos históricos y religiosos. Uno de ellos fue la reconstrucción del Templo de Jerusalén, un proyecto que fue iniciado por el gobernador Zorobabel y que tuvo un gran impacto en la vida religiosa y espiritual de los judíos. Además, durante este período se produjo la compilación de varios libros, como el Libro de Esdras y el Libro de Nehemías, que relatan los eventos posteriores al exilio babilónico y el proceso de reconstrucción de Jerusalén.

Imposición de la cultura griega

Después del dominio persa, Israel cayó bajo el control del Imperio Griego. Alejandro Magno, el famoso conquistador macedonio, extendió su imperio hasta la Tierra Santa en el siglo IV a.C. Esta conquista resultó en una transformación radical de la cultura y la sociedad de Israel. Los griegos impusieron su idioma, su filosofía y sus costumbres, lo que llevó a una lucha constante entre los judíos que querían mantener su identidad nacional y aquellos que se dejaron influenciar por la cultura griega.

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Uno de los eventos más significativos de esta época fue la construcción de una ciudad llamada Antioquía en Jerusalén por parte de uno de los sucesores de Alejandro Magno, Antíoco IV. Antíoco intentó helenizar a los judíos, prohibiendo la práctica de su religión y la observancia de las leyes judías. Esto llevó a una revuelta liderada por Judas Macabeo y sus seguidores, conocida como la revuelta de los Macabeos, que resultó en la recuperación temporal de la independencia judía.

Gobierno romano en Israel

Tras la caída del Imperio Griego, llegó el gobierno romano a Israel a fines del segundo siglo a.C. El Imperio Romano trajo consigo una nueva forma de gobierno y un nuevo sistema legal. Israel se convirtió en una provincia romana y estuvo sujeto a los gobernadores romanos. Durante este período, uno de los gobernadores más conocidos fue Herodes el Grande.

En el año 70 d.C., el Templo de Jerusalén fue destruido por las tropas romanas durante la rebelión judía, conocida como la Primera Guerra Judía. Esta destrucción fue un evento trascendental en la historia de Israel y marcó el final de una era. A partir de este momento, los judíos se dispersaron por todo el mundo, llevando consigo su religión y cultura.

Profecías del Antiguo Testamento sobre la llegada de Jesucristo

A lo largo del Antiguo Testamento, hay numerosas profecías que hablan sobre la llegada de un Mesías redentor que traerá salvación al pueblo de Israel y al mundo entero. Estas profecías tuvieron un impacto significativo en el período intertestamentario, ya que los judíos esperaban ansiosamente la llegada del Mesías.

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Una de las profecías más conocidas se encuentra en el libro de Isaías, en el capítulo 9 y el versículo 6, donde se dice: "Porque un niño nos ha nacido, un hijo nos ha sido dado, y la soberanía reposará sobre sus hombros; y se llamará Admirable Consejero, Dios Poderoso, Padre Eterno, Príncipe de Paz". Estas palabras anticipaban la venida de Jesucristo como el Mesías prometido.

Culminación del período Intertestamentario con la llegada de Jesucristo

El período intertestamentario llegó a su fin con la aparición de Juan el Bautista, precursor de Jesucristo. Juan el Bautista anunció la llegada del Mesías y preparó el camino para su ministerio. Finalmente, Jesucristo nació en Belén y comenzó su misión de redención y salvación. Su vida, enseñanzas, muerte y resurrección marcaron un punto de inflexión en la historia de la humanidad.

La llegada de Jesucristo cumplió las profecías del Antiguo Testamento y trajo consigo la promesa de salvación y vida eterna para todos aquellos que creen en él. Su mensaje de amor, perdón y gracia transformó la vida de innumerables personas a lo largo de los siglos y dio inicio a la religión del cristianismo, que se extendió por todo el mundo.

El período intertestamentario fue una época de cambios políticos, religiosos y sociales para Israel. Desde el dominio persa hasta la imposición de la cultura griega y el posterior gobierno romano, la historia de Israel estuvo marcada por conflictos internos y ocupaciones extranjeras. Sin embargo, la culminación de este período fue la llegada de Jesucristo, que cumplió las profecías del Antiguo Testamento y trajo salvación y esperanza a todos aquellos que creen en él. El período intertestamentario puede ser considerado como un tiempo de preparación y anticipación para la llegada del Mesías, y su significado es fundamental para comprender la historia tanto de Israel como del cristianismo.

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