El arrianismo es una corriente teológica que surgió en el siglo IV d.C. y que plantea una visión distinta de la divinidad de Jesucristo. Esta doctrina sostiene que Jesús es un ser creado por Dios, que posee atributos divinos pero que no es divino en sí mismo. A lo largo de la historia, el arrianismo ha sido objeto de debate y controversia dentro de la Iglesia, y sigue teniendo una influencia significativa en algunos grupos religiosos en la actualidad. En este artículo, exploraremos en detalle el origen y fundamento del arrianismo, el rechazo que ha recibido por parte de la iglesia, su influencia en la actualidad y la importancia de afirmar la divinidad de Jesucristo.
Origen y fundamento del arrianismo
El arrianismo toma su nombre de Arrio, un presbítero de Alejandría en el siglo IV d.C. Según la historia, Arrio comenzó a enseñar que Jesús no era co-eterno ni co-igual con Dios Padre, sino que era un ser creado y subordinado a Él. Arrio creía que Jesús era el ser más elevado creado por Dios, pero no era de la misma esencia o sustancia divina. Esta visión se basaba en una interpretación de pasajes bíblicos que hacían referencia a Jesús como el "Hijo", enfatizando su relación filial con Dios Padre.
Arrio y sus seguidores argumentaban que si Jesús era completamente divino, no podía ser un ejemplo real de la humanidad y, por lo tanto, no podría redimirnos. También sostenían que el Padre era superior al Hijo y que el Hijo era una creación del Padre. Esta visión desafiaba la enseñanza tradicional de la Iglesia, que afirmaba la plena divinidad de Jesús.
Rechazo del arrianismo por la iglesia
El arrianismo fue un desafío importante para la Iglesia primitiva, ya que cuestionaba uno de los pilares fundamentales de la fe cristiana: la divinidad de Jesucristo. Debatir y refutar estas ideas heréticas se convirtió en una tarea prioritaria para los líderes y teólogos cristianos.
El arrianismo fue condenado en el Concilio de Nicea en el año 325 d.C. En este concilio, los obispos de la Iglesia declararon que Jesús era "de la misma sustancia" que el Padre, es decir, era totalmente divino y consustancial con Dios. Esta declaración fue conocida como la doctrina de la Trinidad, que afirmaba que Dios existe en tres personas distintas pero de igual naturaleza: Padre, Hijo y Espíritu Santo.
A pesar de esta condena, el arrianismo continuó siendo una postura influyente y persistió durante siglos. Diversos concilios y declaraciones posteriores reafirmaron la divinidad de Jesús y rechazaron las enseñanzas arrianas. La Iglesia se mantuvo firme en su posición de que Jesús, como Hijo de Dios, era verdaderamente divino y encarnó plenamente la naturaleza humana.
Influencia del arrianismo en la actualidad
Aunque el arrianismo fue condenado como una herejía por la Iglesia en el pasado, su influencia ha persistido a lo largo de los siglos. En la actualidad, varios grupos religiosos, como los Testigos de Jehová y los Mormones, promueven enseñanzas que se asemejan al arrianismo.
Los Testigos de Jehová afirman que Jesús es un ser creado, el primer acto de creación de Dios, y que no es igual a Dios, sino un ser subordinado. Por otro lado, los Mormones creen que Jesús es un hijo espiritual de Dios y que, aunque posee atributos divinos, es un ser separado y subordinado a Dios Padre.
Es importante destacar que la visión arriana de la divinidad de Jesucristo va en contra de la enseñanza tradicional de la Iglesia y contradice lo que creemos acerca de Jesús como cristianos. La doctrina de la Trinidad, que afirmamos como cristianos, enseña que Jesús es completamente divino y de igual naturaleza con el Padre.
La importancia de afirmar la divinidad de Jesucristo
La divinidad de Jesucristo es un elemento central de la fe cristiana y es esencial para comprender el plan de salvación de Dios para la humanidad. Creer en la divinidad de Jesús implica reconocer que él es igual a Dios y que su sacrificio en la cruz es suficiente para redimirnos y reconciliarnos con Dios.
Lee TambiénCuáles son los atributos de Dios según la BibliaAfirmar la divinidad de Jesucristo también implica reconocer su autoridad y soberanía. Como ser totalmente divino, Jesús tiene el poder para perdonar pecados, conceder vida eterna y ofrecer salvación a todos los que creen en él.
En términos prácticos, afirmar la divinidad de Jesucristo tiene implicaciones significativas en nuestra relación personal con Dios. Nos permite acercarnos a Él con confianza y seguridad, sabiendo que nuestra fe está fundamentada en un Dios poderoso y amoroso que se hizo humano para salvarnos.
El arrianismo es una corriente teológica que surgió en el siglo IV d.C. y que plantea una visión distinta de la divinidad de Jesucristo. Aunque fue condenado como una herejía por la Iglesia, su influencia persiste en algunos grupos religiosos en la actualidad. Es fundamental rechazar cualquier cuestionamiento sobre la divinidad de Jesucristo y afirmar que él es completamente divino y de igual naturaleza con el Padre. Esta creencia es esencial para comprender el plan de salvación de Dios y para establecer una relación íntima con Él.
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