La eternidad es una cualidad que solo puede atribuirse a Dios, ya que implica no tener principio ni fin. La Biblia nos revela que Dios es eterno, es decir, que siempre ha existido y siempre existirá. Esta concepción de la eternidad es un concepto difícil de comprender para nosotros, seres humanos limitados por el tiempo y el espacio. Sin embargo, a través de la Palabra de Dios, podemos obtener una comprensión más profunda de lo que significa que Dios sea eterno según la Biblia.
La auto-existencia de Dios en la Biblia
La Biblia nos revela que Dios es eterno en Su misma naturaleza y existencia. En el libro del Éxodo 3:14, Dios se revela a Moisés como "Yo Soy el que Soy", revelando así su auto-existencia y su ser eterno. Esta declaración de Dios revela que Él no depende de nada ni de nadie para existir. Él existe por sí mismo y para siempre.
Del mismo modo, en el libro de Isaías 43:13, Dios declara: "Antes de que existiera el día, Yo soy". Aquí, Dios enfatiza Su existencia eterna, que trasciende incluso la creación misma. Esta auto-existencia de Dios demuestra Su eternidad, pues no hay ningún ser creado que pueda afirmar que siempre ha existido.
La inmutabilidad de Dios según las Escrituras
Además de ser eterno, Dios también es inmutable, es decir, no cambia. En el libro de Malaquías 3:6, Dios declara: "Porque yo, Jehová, no cambio". Esto significa que Dios siempre ha sido y siempre será el mismo en Su esencia y carácter. A diferencia de los seres humanos, que somos cambiantes y sujetos a las circunstancias, Dios permanece constante a lo largo del tiempo.
La inmutabilidad de Dios es una característica importante para comprender Su eternidad. Si Dios fuera sujeto a cambios, no podría ser considerado eterno, ya que la eternidad implica sin cambio. Sin embargo, la Biblia nos enseña que Dios es totalmente estable y fiel en todo momento.
Jesucristo: manifestación de la eternidad de Dios
La Biblia revela que Jesucristo es la manifestación de la eternidad de Dios en la carne. En el libro de Juan 1:1-2, se nos dice: "En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios. Este era en el principio con Dios". Aquí, se nos muestra que Jesús, el Verbo, era eterno y existía desde el principio junto con Dios.
Jesucristo mismo afirmó su eternidad cuando dijo en Juan 8:58: "En verdad, en verdad os digo: antes de que Abraham naciera, Yo Soy". Jesús estaba afirmando su existencia eterna, que trasciende incluso la creación del hombre. Esto nos revela que Jesucristo es uno con el Padre en esencia y comparte Su naturaleza eterna.
La revelación del eterno poder de Dios en la creación
La creación misma es un testimonio del eterno poder de Dios. En el libro de Romanos 1:20, se nos dice: "Porque las cualidades invisibles de Dios, su eterno poder y su naturaleza divina, se han visto claramente desde la creación del mundo, siendo entendidas por medio de lo creado, de manera que no tienen excusa".
La creación, con su orden y belleza, revela la grandeza y el poder eterno de Dios. Desde la inmensidad del universo hasta el detalle de las flores y los animales, todo en la creación nos habla de la eternidad de Dios. Su poder para crear y sostener todo en existencia demuestra Su eternidad y Su dominio sobre todo lo que ha creado.
La promesa de vida eterna: esperanza para los creyentes
La Biblia también nos enseña que aquellos que creen en Dios y en Su Hijo Jesucristo tienen la promesa de vida eterna. En el libro de Juan 3:16, famoso versículo, se nos dice: "Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree no se pierda, sino que tenga vida eterna".
La vida eterna no solo significa una vida que nunca termina, sino también una vida en comunión íntima y eterna con Dios. Es una vida llena de gozo y paz, libre de todo mal y sufrimiento. Esta promesa de vida eterna es una esperanza y una bendición para todos los creyentes, y nos recuerda la eternidad de Dios y Su amor incondicional hacia nosotros.
La Biblia nos revela que Dios es eterno en Su misma naturaleza y existencia. Su auto-existencia, inmutabilidad y fidelidad son testimonios de Su eternidad. Jesucristo también es la manifestación de la eternidad de Dios en la carne, y la creación misma nos habla del eterno poder de Dios. Además, la promesa de vida eterna es una esperanza para aquellos que creen en Dios. Reflexionar sobre la eternidad de Dios nos llena de asombro y gratitud por Su grandeza y amor hacia nosotros.
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