La relación de los elegidos de Dios con su propósito divino es un tema fundamental en la teología cristiana. Los creyentes a menudo se preguntan cuál es su papel en la obra de Dios y cómo encaja su elección en el plan eterno de Dios. En este artículo, exploraremos el significado y la importancia de ser "escogidos por Dios" y cómo esto se relaciona con su propósito en nuestras vidas.
¿Qué significa ser un "elegido de Dios"?
Ser un "elegido de Dios" significa ser escogido o seleccionado por Él para algún propósito o tarea específica. En la Biblia, encontramos ejemplos de personas que fueron elegidas por Dios para llevar a cabo su plan, como Abraham, Moisés, David y los apóstoles. Estas personas fueron llamadas y equipadas por Dios para cumplir una misión particular en la historia de la salvación.
Ser escogido por Dios implica un sentido de responsabilidad y propósito. Dios nos ha elegido no solo para experimentar su gracia y salvación, sino también para ser testigos y portadores de su amor y verdad en el mundo. Como seguidores de Jesucristo, somos llamados a vivir en obediencia a Dios y a hacer su voluntad, con la ayuda del Espíritu Santo. Nuestra elección por parte de Dios nos capacita y nos fortalece para cumplir su propósito en nuestras vidas y en la comunidad de fe.
La elección divina: presciencia vs. agustinianismo
La elección divina es un tema controvertido en la teología cristiana y se debate entre dos enfoques principales: el enfoque presciente y el enfoque agustiniano.
El enfoque presciente considera que Dios elige a las personas en base a su conocimiento previo de quiénes creerán en Cristo y aceptarán su salvación. Según este punto de vista, la elección de Dios está basada en su presciencia o conocimiento previo de las decisiones libres de las personas.
Por otro lado, el enfoque agustiniano sostiene que Dios no solo elige a los creyentes, sino que también les concede la fe para creer en Él. Según esta perspectiva, la elección de Dios es absoluta y no depende de las obras o méritos humanos. Es Dios quien, en su soberanía, determina quiénes serán salvados y quiénes no.
Lee TambiénLecciones de sabiduría y fe del Profeta Elías en la BibliaAmbos enfoques tienen defensores y detractores dentro del cristianismo, y la discusión teológica sobre la elección divina ha sido tema de debate durante siglos. No hay un consenso definitivo sobre este tema, pero es importante reconocer que ambos enfoques tienen bases bíblicas y buscan explicar de manera coherente la soberanía y la gracia de Dios en la salvación.
La defensa de la elección soberana en Romanos 9
En Romanos 9, el apóstol Pablo presenta una defensa enérgica de la elección soberana de Dios. Pablo argumenta que la elección de Dios no se basa en las obras humanas, sino en su gracia y misericordia. Él muestra que Dios tiene el derecho y la autoridad para elegir a quiénes mostrará su misericordia y a quiénes dejará en su estado de pecado e incredulidad.
Pablo utiliza ejemplos del Antiguo Testamento, como la elección de Jacob sobre Esaú y la elección de Faraón como instrumento para mostrar su poder, para ilustrar su punto. El apóstol enfatiza que la elección de Dios es un acto de su voluntad soberana y que el hombre no tiene derecho a cuestionar o resistir la elección divina.
Esta enseñanza sobre la elección soberana ha sido objeto de debate y controversia a lo largo de la historia de la iglesia. Algunos encuentran esta doctrina difícil de aceptar, ya que parece entrar en conflicto con la idea de la responsabilidad personal y la libre voluntad humana. Sin embargo, Pablo no niega la responsabilidad humana, sino que destaca la gracia y el poder de Dios en su elección y llamado.
La coexistencia de responsabilidad personal y predestinación en las Escrituras
Aunque la idea de la elección divina puede parecer conflictiva con la responsabilidad personal y la libre voluntad humana, las Escrituras sostienen ambas verdades sin contradicción. Si bien Dios tiene un plan y un propósito eterno que se despliega a través de su elección, también nos llama a responder a su oferta de salvación, arrepentirnos de nuestros pecados y poner nuestra fe en Jesucristo.
En la Biblia, vemos que Dios elige a personas específicas para cumplir su propósito, pero también llama a todos a arrepentirse y creer en su Hijo Jesucristo. Por ejemplo, en Juan 3:16, se nos dice que "De tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree no se pierda, más tenga vida eterna". Aquí vemos que el plan de salvación de Dios se ofrece a todos, y nuestra respuesta individual a ese llamado es lo que determina nuestra salvación.
Lee TambiénQué significa la Encarnación de Cristo según la BibliaLa responsabilidad personal y la predestinación coexisten en las Escrituras sin ser contradictorias. Dios, en su sabiduría y soberanía, puede trabajar tanto en su elección divina como en nuestra libre respuesta a su llamado. Es un misterio que no podemos entender plenamente, pero podemos confiar en el carácter amoroso y justo de Dios y en su plan perfecto para nuestras vidas.
Ser "escogidos por Dios" significa ser seleccionados y llamados por Él para cumplir su propósito en el mundo. La elección divina se debate entre diferentes enfoques teológicos, pero, sea cual sea nuestra comprensión de esta doctrina, debemos recordar que Dios es soberano y sabe lo que es mejor para nosotros. Al mismo tiempo, nuestra responsabilidad personal y nuestra libre respuesta a su llamado son esenciales en nuestra relación con Dios. Confiamos en que Él tiene un plan perfecto y nos capacitará para cumplir su propósito divino en nuestras vidas.
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