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Qué significa ser santificado según la Biblia

Ser santificado según la Biblia es un concepto de suma importancia en la vida cristiana. La santificación implica un proceso de separación y consagración a Dios, en el cual el creyente es transformado a la imagen de Cristo y apartado del pecado. En este artículo exploraremos qué significa ser santificado según la Biblia, examinando su significado y su importancia en la vida del creyente.

Índice
  1. ¿Qué significa ser santificado según la Biblia?
  2. La santificación en la Biblia: concepto y significado
  3. Las fases de la santificación según la Escritura
    1. 1. Justificación
    2. 2. Madurez
    3. 3. Glorificación
  4. La importancia de la santificación en la vida del creyente
  5. Cómo experimentar la santificación en nuestra vida diaria

¿Qué significa ser santificado según la Biblia?

La palabra "santificación" proviene del término griego "hagiasmos" que significa "ser apartado" o "ser consagrado". En el contexto bíblico, ser santificado significa ser separado para un propósito especial y ser limpiado de toda contaminación y pecado. Es un proceso continuo y progresivo en el cual el creyente va siendo transformado a la imagen de Cristo y viviendo una vida santa y agradable a Dios.

La santificación es un acto divino en el cual Dios, a través del Espíritu Santo, obra en la vida del creyente para purificarlo y conformarlo a la imagen de Jesús. Es un proceso en el cual el creyente va renunciando al pecado, creciendo en santidad y desarrollando el carácter de Cristo en su vida.

La santificación en la Biblia: concepto y significado

La santificación es un tema recurrente en la Biblia, que se encuentra desde el Antiguo Testamento hasta el Nuevo Testamento. En el Antiguo Testamento, la santificación estaba relacionada con la santidad de Dios y la separación del pueblo de Israel para ser un pueblo santo. En el Nuevo Testamento, la santificación adquiere un significado más profundo a través de la obra redentora de Jesucristo.

El apóstol Pedro escribe en su primera epístola: "Pero, como aquel que os llamó es santo, sed también vosotros santos en toda vuestra manera de vivir" (1 Pedro 1:15). Aquí vemos que ser santificado implica vivir de acuerdo a la santidad divina, en todas las áreas de nuestra vida.

Además, el apóstol Pablo expresa en su carta a los Tesalonicenses: "La voluntad de Dios es vuestra santificación" (1 Tesalonicenses 4:3). Esto muestra que la santificación es un aspecto de la voluntad de Dios para la vida de cada creyente.

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Las fases de la santificación según la Escritura

La santificación según la Biblia puede ser entendida en diferentes fases o etapas:

1. Justificación

La justificación es la primera fase de la santificación. Es un acto divino en el cual Dios declara al pecador culpable como justo, basado en la fe en Jesucristo y su obra redentora en la cruz. En este sentido, la justificación es una posición en Cristo en la cual somos declarados libres de toda culpa y condenación. Como dice Romanos 5:1: "justificados, pues, por la fe, tenemos paz para con Dios".

2. Madurez

La madurez es la segunda fase de la santificación. Una vez que somos justificados, debemos crecer y desarrollarnos espiritualmente. Esta etapa implica un crecimiento continuo en la fe, el conocimiento de la Palabra de Dios, el desarrollo de virtudes cristianas y la conformidad a la imagen de Cristo. Como dice Efesios 4:15, debemos crecer "hasta llegar a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo".

3. Glorificación

La glorificación es la última fase de la santificación. Ocurre en la vida futura del creyente, en la cual seremos transformados completamente a la imagen de Cristo y estaremos libres de toda presencia de pecado. En este sentido, la glorificación es la culminación de la obra de santificación en nuestras vidas. Como dice 1 Juan 3:2, "Cuando él se manifieste, seremos semejantes a él".

La importancia de la santificación en la vida del creyente

La santificación es de suma importancia en la vida del creyente por varias razones:

- La santificación nos separa del pecado y nos acerca a Dios. De acuerdo a 2 Timoteo 2:21, "Si alguno se limpia de estas cosas [obras inicuas], será instrumento para honra, santificado, útil al Señor, preparado para toda buena obra".

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- La santificación nos capacita para vivir una vida santa y agradable a Dios. Como dice Hebreos 12:14, "Seguid la paz con todos, y la santidad, sin la cual nadie verá al Señor".

- La santificación nos permite experimentar la plenitud y el gozo de la vida en Cristo. Como dice Juan 15:11, "Estas cosas os he hablado, para que mi gozo esté en vosotros, y vuestro gozo sea completo".

- La santificación nos prepara para la vida eterna y la presencia de Dios. Como dice 1 Tesalonicenses 3:12-13, "a fin de que él afirme vuestros corazones, irreprensibles en santidad delante de nuestro Dios y Padre, en la venida de nuestro Señor Jesucristo con todos sus santos".

Cómo experimentar la santificación en nuestra vida diaria

Para experimentar la santificación en nuestra vida diaria, es importante seguir algunos principios y prácticas:

- Estudiar y meditar en la Palabra de Dios para conocer su voluntad y ser transformados por ella. Como dice Salmo 119:11, "En mi corazón he guardado tus dichos, para no pecar contra ti".

- Permanecer en comunión con Dios a través de la oración y la adoración. Como dice 1 Tesalonicenses 5:17, "orad sin cesar".

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- Rendirnos diariamente al Espíritu Santo y permitir que él nos guíe y capacite para vivir una vida santa. Como dice Gálatas 5:16, "Andad en el Espíritu, y no satisfagáis los deseos de la carne".

- Buscar el apoyo y la edificación mutua en la comunidad de creyentes, a través de la participación en la iglesia y el compañerismo con otros creyentes. Como dice Hebreos 10:25, "no dejando de congregarnos, como algunos tienen por costumbre, sino exhortándonos; y tanto más, cuanto veis que aquel día se acerca".

Ser santificado según la Biblia implica ser separado y consagrado para un propósito especial en la vida del creyente. La santificación es un proceso continuo en el cual somos transformados a la imagen de Cristo y vivimos una vida santa y agradable a Dios. Es un proceso que ocurre en diferentes etapas: justificación, madurez y glorificación. La santificación es de suma importancia en la vida del creyente, ya que nos separa del pecado, nos acerca a Dios y nos prepara para la vida eterna. Podemos experimentar la santificación en nuestra vida diaria a través del estudio de la Palabra de Dios, la oración, el rendimiento al Espíritu Santo y la comunión con otros creyentes.

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