Qué es un cristiano carnal y cómo superar esa condición

Un cristiano carnal es aquel que, a pesar de haber aceptado a Jesucristo como su Salvador personal y creer en Él, aún vive una vida dominada por la carne. A diferencia de un cristiano espiritual, que busca vivir de acuerdo con la voluntad de Dios y bajo el liderazgo del Espíritu Santo, un cristiano carnal permite que sus deseos egoístas y pecaminosos gobiernen su vida. En este artículo, exploraremos en detalle qué es un cristiano carnal, las características que lo definen, las posibles causas de esta condición y cómo superarla para vivir en victoria y plenitud en Cristo.

¿Qué es un cristiano carnal?

Definición de un cristiano carnal

Un cristiano carnal es aquel que, a pesar de haber nacido de nuevo y tener una relación personal con Jesucristo, vive una vida caracterizada por la dominación de la carne en lugar del Espíritu Santo. La carne representa los deseos pecaminosos y egoístas que aún quedan en el creyente después de su conversión. Aunque estos deseos fueron crucificados con Cristo en la cruz, el cristiano carnal no ha aprendido a vivir en la realidad de su nueva identidad en Cristo y permite que los instintos carnales guíen sus decisiones y acciones.

El apóstol Pablo habló sobre esta condición en su carta a los corintios, diciendo: "Hermanos, no pude hablaros como a espirituales, sino como a carnales, como a niños en Cristo. Os di a beber leche, no comida, porque no la podíais soportar; ni todavía ahora podéis, porque aún sois carnales. Porque habiendo entre vosotros celos, contiendas y divisiones, ¿no sois carnales y andáis como hombres?" (1 Corintios 3:1-3).

La lucha entre la carne y el Espíritu

La condición de un cristiano carnal es el resultado de una lucha constante entre la carne y el Espíritu Santo que habita en el creyente. El apóstol Pablo describió este conflicto en su carta a los romanos: "Porque el deseo de la carne es contra el Espíritu, y el del Espíritu es contra la carne; y estos se oponen entre sí, para que no hagáis lo que quisiereis" (Gálatas 5:17).

Esta lucha interna es una realidad para todos los creyentes, pero la diferencia radica en cómo respondemos a ella. Un cristiano carnal cede fácilmente a los deseos de la carne y vive de acuerdo con su propia voluntad y deseos egoístas. Por otro lado, un cristiano espiritual reconoce esta lucha y depende del Espíritu Santo para vencer las tentaciones y vivir una vida que honre a Dios.

Características de un cristiano carnal

La condición de un cristiano carnal se manifiesta a través de una serie de características y comportamientos. A continuación, se presentan algunas de las características más comunes de un cristiano carnal:

- Vive de acuerdo con los deseos de la carne: Un cristiano carnal se deja llevar por los deseos pecaminosos de la carne y no lucha de manera activa contra ellos. Estos deseos pueden manifestarse en formas como la inmoralidad sexual, la búsqueda de placeres mundanos, la envidia, la ira y la falta de autocontrol.

- Falta de crecimiento espiritual: Un cristiano carnal no muestra un progreso significativo en su relación con Dios. No busca crecer en su fe, ni profundizar su conocimiento de la Palabra de Dios. Su vida espiritual se estanca y no experimenta un mayor acercamiento a Dios.

- Fruto del Espíritu ausente: El fruto del Espíritu, que incluye amor, gozo, paz, paciencia, bondad, benignidad, fe, mansedumbre y dominio propio (Gálatas 5:22-23), no es evidente en la vida de un cristiano carnal. En su lugar, se pueden observar actitudes y comportamientos contrarios a estos frutos.

- Enfocado en lo temporal: Un cristiano carnal tiende a tener un enfoque centrado en las cosas del mundo y en las metas y ambiciones terrenales. No pone su mirada en las cosas eternas y no busca la voluntad de Dios en todas sus decisiones.

- Poco compromiso con la iglesia y la comunión con otros creyentes: Un cristiano carnal muestra poco interés en participar activamente en la iglesia y en relacionarse con otros creyentes. No busca la comunión con otros creyentes ni disfruta de los beneficios del compañerismo y la edificación mutua.

Causas de la condición de un cristiano carnal

Ignorancia de la Palabra de Dios

Una de las causas comunes de la condición de un cristiano carnal es la falta de conocimiento y entendimiento profundo de la Palabra de Dios. Si un creyente no se sumerge en la Palabra de Dios y no se alimenta de ella regularmente, no tendrá una base sólida para resistir las tentaciones y vivir una vida de acuerdo con la voluntad de Dios.

El apóstol Pablo exhortó a los creyentes en Romanos 12:2, diciendo: "No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la voluntad de Dios, agradable y perfecta". Una renovación del entendimiento solo es posible mediante el estudio y la meditación en la Palabra de Dios.

Falta de rendición y dependencia en el Espíritu Santo

Otra causa de la condición de un cristiano carnal es la falta de rendición y dependencia en el Espíritu Santo. Un creyente carnal tiende a confiar en su propia sabiduría y fuerza para vivir una vida piadosa, en lugar de depender del Espíritu Santo para recibir poder y dirección.

El apóstol Pablo escribió en Gálatas 5:16: "Digo, pues: Andad en el Espíritu, y no satisfagáis los deseos de la carne". Esta exhortación implica que para vencer los deseos de la carne, es necesario caminar en el Espíritu y confiar en Su poder para resistir la tentación.

Cómo superar la condición de un cristiano carnal

Aunque la vida carnal puede ser una realidad para muchos creyentes, la buena noticia es que no es un lugar donde debamos quedarnos estancados. La Escritura ofrece instrucciones claras sobre cómo superar la condición de un cristiano carnal y vivir una vida de acuerdo con la voluntad de Dios. A continuación, se presentan algunos pasos prácticos para superar la vida carnal:

Renovación del entendimiento

Como mencionamos antes, una renovación del entendimiento es esencial para vencer la vida carnal. Esto implica sumergirse en la Palabra de Dios y permitir que Su verdad transforme nuestra manera de pensar y nuestras acciones.

Pablo escribió en Romanos 12:2: "No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la voluntad de Dios, agradable y perfecta". La renovación del entendimiento nos ayuda a discernir cuál es la voluntad de Dios y nos capacita para vivir de acuerdo con ella.

Rendición y dependencia en el Espíritu Santo

Para superar la condición de un cristiano carnal, es necesario rendirse y depender del Espíritu Santo para recibir el poder y la dirección necesarios. Esto implica reconocer nuestra propia incapacidad para vivir una vida santa y confiar completamente en el Espíritu Santo para guiarnos y capacitarnos.

El apóstol Pablo escribió en Gálatas 5:25: "Si vivimos por el Espíritu, andemos también por el Espíritu". Esto implica una vida diaria en la que buscamos la guía y el poder del Espíritu Santo en todas nuestras decisiones y acciones.

Buscar el compañerismo y la edificación mutua

La Biblia nos exhorta a buscar el compañerismo y la edificación mutua con otros creyentes. Un cristiano carnal tiende a aislarse y no buscar la comunión con otros creyentes, pero la comunión y la edificación mutua son vitales para el crecimiento espiritual.

El apóstol Pablo escribió en Hebreos 10:24-25: "Considerémonos unos a otros para estimularnos al amor y a las buenas obras; no dejando de congregarnos, como algunos tienen por costumbre, sino exhortándonos; y tanto más, cuanto veis que aquel día se acerca". Buscar el compañerismo y la edificación mutua nos ayuda a mantenernos firmes y crecer en nuestra fe.

Importancia de la santificación en la vida del creyente

La santificación es un proceso continuo y vital en la vida del creyente. A medida que nos esforzamos por superar la condición de un cristiano carnal, es importante comprender la importancia de la santificación en nuestra vida.

La santificación es el proceso por el cual Dios nos transforma a la imagen de Cristo. Implica ser separados del pecado y consagrados a Dios. A través de la santificación, nos volvemos más como Cristo y vivimos de acuerdo con Su voluntad.

El apóstol Pablo escribió en 1 Tesalonicenses 4:3: "Pues la voluntad de Dios es vuestra santificación". Dios desea que seamos santos y vivamos una vida que le agrade. La santificación nos capacita para vivir una vida de victoria sobre el pecado y experimentar la plenitud y la bendición de Dios en todas las áreas de nuestra vida.

Un cristiano carnal es aquel que, a pesar de haber aceptado a Jesucristo como su Salvador personal, vive una vida dominada por los deseos de la carne en lugar del Espíritu Santo. Aunque esta condición puede ser una realidad para muchos creyentes, no es un lugar en el que debamos quedarnos estancados. A través de la renovación del entendimiento, la rendición y dependencia en el Espíritu Santo, y la búsqueda del compañerismo y la edificación mutua, podemos superar la vida carnal y vivir una vida de acuerdo con la voluntad de Dios. La santificación es un proceso vital en la vida del creyente, que nos transforma a la imagen de Cristo y nos capacita para vivir una vida de victoria sobre el pecado.